¿Cuánto sabes del velo?
El velo era llevado por una cuestión de superstición y se consideraba que gracias a este se protegía a la novia de los malos espíritus, la envidia, el mal de ojo, los tonos que se elegían para ello iban del amarillo al rojo… La raíz latina de «velo» significaba protección.
Otro de los motivos y que se mantuvo hasta la Edad Media, era cubrir a la novia, que en la mayoría de los casos era casada sin que conociera a su futuro marido, para evitar que el novio la plantara al verla por primera vez, por eso hasta que no finalizaba la ceremonia no se podía descubrir el rostro.
Fue en el siglo XIX donde pasó a ser significado de la pureza y virginidad de la novia y el velo pasó a ser blanco.
Hecho un pequeño resumen sobre la historia del velo, si estás pensando en llevar velo el día de tu boda, ten esto en cuenta:
- Escoge un velo que le vaya bien a tu vestido, tu cara, escote o estatura.
- Ten en cuenta esto: si no dejas piel al descubierto entre el velo y el vestido parecerás más alta y elegante.
- Los materiales más comunes son la organza, el tul, el encaje o telas con muy buena caída.
- Deberás salir con el puesto de casa y no lo sacarás hasta la fiesta, después lo puedes sustituir por un tocado o una diadema, que te resultará más cómodo y además le dará otro aire al vestido.
- El protocolo dice que el velo debe cubrir la cara de la novia.
- Si escogiste un velo corto, deberá caer unos cinco centímetros debajo de la línea del escote de la espada del vestido.
- Si escogiste un velo largo, este debe estar a la misma altura que el dobladillo del vestido o ser del mismo largo que la cola.
Recuerda que el velo es un complemento que aporta elegancia y solemnidad.