Conoce algo más sobre la historia de la tarta de novios

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Una boda sin tarta es difícil de imaginar.

Cuando planeamos nuestra boda, pensamos en el vestido, la iglesia, el lugar de celebración, los invitados, qué serviremos de menú y por supuesto, uno de los elementos más importantes, la tarta.

Desde que tenemos conocimiento, los festines y celebraciones iban acompañados con manjares, como una manera de compartir la alegría y la dicha por la ocasión, una tradición que continúa hasta el día de hoy.

El pastel de novios, tarta de novios, torta de bodas, pastel nupcial, y otros es el nombre con el que se le conoce…pero en el fondo es lo mismo y su historia es la siguiente:

Su origen data de la antigua Roma, cuando Rómulo implantó una fórmula de matrimonio (del latín matrimonium) llamada confarreatio (fórmula patricia del matrimonio entre romanos, especialmente necesaria para aquellas parejas que deseaban que sus descendientes fueran vírgenes vestales o sacerdotes de Júpiter), dicha boda tenía todo un sistema ceremonial que consistía que se necesitaba la presencia de

diez testigos, pronunciando ciertas y determinadas palabras y celebrándose con un solemne sacrificio. En el acto de contraerse esta unión se esparcía farro (especie de cereal) sobre los contrayentes y comían pan hecho con harina de farro. De ahí deriva el nombre confarreación. De esta manera los novios ingerían una especie de pan de harina de farro como ritual de la boda. Esta costumbre ha permanecido hasta nuestros días, igual que la presencia de testigos y otras.

Antiguamente, en Inglaterra, era habitual que durante la ceremonia de boda se repartieran en cestos galletas entre los invitados, y las que sobraban se repartieran entre  los pobres.

Más adelante, los cestos de galletas se reemplazaron por pilas de buñuelos picantes que se ubicaban sobre la mesa del banquete. Se decía que si los novios lograban besarse sobre la pila de buñuelos, gozarían de buena suerte.

Más tarde, un pastelero francés, viajó a Inglaterra y presenció las pilas de buñuelos y pensó que, cubriendo ese montón con una capa de azúcar, se lograría la compacidad de la pila.

Fue así como el dulce de la boda fue adquiriendo su apariencia actual, sobre todo con la belleza de los adornos del barroco, que plagaron de ornato tanto alimentos como utensilios de la mesa.

Sobre la tarta de novios existen varios mitos. Tradicionalmente se escondía un anillo dentro de la masa del pastel. Se decía que a quien le tocara en su porción, sería el próximo en contraer matrimonio. Luego está la costumbre del corte de la tarta: los novios deben ser los que cortan el primer trozo de tarta, pues esa acción les augura una larga y feliz unión.

 

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